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1. Existen "momentos críticos de desarrollo" que deben ser aprovechados. Por ejemplo, hay una etapa crucial, donde todo esta listo para caminar, que ocurre entre los 10 y los 18 meses. Montar en bicicleta ocurre de manera más fácil antes de los 12 años. Igualmente pasa con el lenguaje que se desarrolla de manera rápida entre los 2 y los 6 años. Es óptimo aprender un segundo idioma antes de los 7 años.
2. El cerebro necesita y se beneficia del oxígeno. Oxigenar el cerebro es clave para un buen aprendizaje. Tomar agua de manera frecuente ayuda a mantener buenos niveles de oxígeno en el cuerpo.
3. Aprender secuencias es algo natural para el cerebro. Por eso nos aprendemos las letras de las canciones casi sin darnos cuenta.
4. La organización externa, es decir las rutinas y los buenos hábitos son claves para organizar el cerebro.
5. Todo se aprende mejor cuando la información entra en forma de patrones y además se puede volver significativa para el niño. Se ha visto que los que reciben patrones de música frecuentes, bailan sistemáticamente o hacen ejercicio de manera regular, crean patrones que ayudan a aprender mejor las matemáticas.
6. Bostezar despierta el cerebro. Bostezar expande la laringe, permitiendo así que pase más aire a los pulmones de tal manera que más oxígeno entra a la sangre, alertando así todo el sistema. Cuando su hijo bostece, no se preocupe, ya sabe que está tratando de estimular a su cerebro.
7. El cerebro tiene un centro del humor que parece estar ubicado en el lóbulo frontal. Aquellos que tienen un centro del humor bien desarrollado son capaces de verle el doble sentido a las historias. El sentido del humor se va desarrollado con los años.
8. La altura puede ser la causante de visiones extrañas. Los escaladores de montañas reportan haber visto fenómenos extraños, al estar a miles de metros de altura. Se cree que se debe a una menor entrada de oxígeno al cerebro.
9. El cerebro solo graba las experiencias, los comandos y los conceptos que se repiten y toca hacerlo por lo menos 21 veces para que se interioricen.
10. Es esencial el papel del sueño y la nutrición en el fortalecimiento del cerebro. Los niños necesitan dormir por lo menos 8 o 9 horas diarias, si no viven cansados y aprenden poco. El magnesio, el zinc, la vitamina B12, etc, son claves para el buen desarrollo de las funciones cerebrales. Enséñele buenos hábitos de comida y de sueño desde pequeño a su hijo, pues esto tendrá repercusiones de por vida en su cerebro.
Son tomados del libro 'Welcome to your brain: the science of jet lag, love and other curiosities of life